Se habla muy poco del suelo de la pelvis, aunque por suerte cada vez se está generando más conciencia sobre la importancia de incluirlo en los entrenamientos, porque más allá de las funciones de contención de las vísceras y control de esfínteres, es el piso de nuestro core.
Si realizamos un trabajo disfuncional, el piso pélvico se puede sobrecargar, pero en condiciones normales y saludables, hace equipo con el transverso abdominal y con el diafragma, para dar estabilidad a la columna y asegurar las demás funciones de una zona media integrada.